Crisis u Oportunidad
- Delia Morales Ortega
- 25 mar 2020
- 2 Min. de lectura

En tiempos de prisas y vidas aceleradas, en los que estamos habituados a actuar sin detenernos a pensar, dejándonos llevar por la inercia de la rutina o de lo que hay que hacer, sucede algo de fuerza mayor, sin que nadie lo espere o lo pueda prever.
Ese acontecimiento tan inesperado, nos obliga a bajar el ritmo de nuestra vida frenética llegando al extremo de tener que parar por completo para soltar las riendas que dirigen nuestra vida y cambiar el rumbo de nuestros días que se vuelven repetitivos y monótonos.
Pero esta monotonía surge porque no estamos acostumbrados a no saber qué sigue o qué va a pasar ya que tenemos el hábito de planificar todo de antemano, de anticiparnos a lo que viene y de cumplir sin descanso con todas las actividades y obligaciones que nos tienen agotados.
Y a pesar de ello, tiene que darse esta situación de descanso obligado para que nos demos cuenta que nos falta el hábito de estar en silencio, de darnos el tiempo para evaluar nuestras prioridades, para valorar lo que tenemos y para descubrir quiénes somos y qué queremos.
Por eso, es importante que aprovechemos este tiempo para analizar y trabajar todos aquellos aspectos que podemos mejorar, también para dedicarnos a todo eso para lo que nunca encontramos la ocasión y así, una vez que todo vuelva a la normalidad y nos incorporemos a la nueva realidad lo hagamos de una manera más consciente y renovada.
Ya que, si bien es cierto que en situaciones de crisis es difícil mantener la calma y la serenidad, lejos de dejarnos llevar por la desesperación de la incertidumbre, debemos aprender a calmar tanto la razón como el corazón para poder recordar que en el idioma chino la palabra crisis significa riesgo, pero también oportunidad.
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