Mira dentro

Cada vez que nos encontramos en situaciones que no esperábamos o que no nos resultan muy agradables tratamos de encontrar cuál es su causa, para ello invertimos grandes esfuerzos en buscar la razón de eso que nos incomoda.

Para todo hay un por qué y lo normal es que lo busquemos en lo externo, en todo lo que vemos a nuestro alrededor y se nos presenta de manera evidente ya que esto requiere menos tiempo y dedicación.

Así culpamos a otras personas y circunstancias de algo que quizás no tenga nada que ver con este hecho o que aun teniendo cierta relación no es tan directa como parece a simple vista y dejamos que esa idea se instale de manera convincente en nuestras creencias.

En cambio, muy pocas veces nos paramos a pensar en la influencia que tenemos nosotros sobre todo lo que nos pasa ya que es mucho más probable que en lugar de algo externo, sea cualquier otra circunstancia propia la causante de esta que atravesamos ahora.

Pero mirar adentro no resulta tan sencillo ya que esto supone ser autocríticos y nuestros propios jueces y quizás darnos cuenta de que somos más responsables de nuestras circunstancias de lo que pensábamos.

Esto requiere valentía y fuerza de voluntad, obviar lo evidente y cerrando los ojos al exterior para evitar las distracciones, ser capaces de hacer un examen interno que nos ayude a encontrar la verdadera raíz del problema ya que sobre esta tenemos todo el poder de actuación para cambiarla y asegurarnos que no vuelva a ocasionarnos malestar.

Por ello no debemos perder el tiempo en encontrar culpables externos y sí motivos internos de los cuales no éramos conscientes y que de manera anónima nos generan una confusión que nos impide superar lo que se nos presenta sin avisar.