El son de tus pasos
- Delia Morales Ortega
- 29 may 2016
- 2 Min. de lectura

Son muchos los beneficios del arte de bailar los cuales van desde mantenernos en forma gracias a que nos ayuda a ejercitar nuestro cuerpo cada vez que lo movemos al ritmo de la música, hasta nuestra salud mental en tanto que mejora nuestro ánimo y nos provoca una sensación de bienestar.
A pesar de esto, todavía son muchos los que se niegan a practicarlo frenados por el miedo escénico, la timidez o la creencia de no ser buenos bailarines, sin considerar que el secreto está en intentarlo una y otra vez con paciencia y perseverancia.
También están los que a pesar de disfrutarlo lo hacen de forma limitada debido a los bloqueos, principalmente mentales, que impiden que su cuerpo se relaje y se deje llevar por el ritmo que lo invade.
Y es que la danza requiere que la mente descanse por un momento para dejar a un lado los pensamientos limitantes y permitir que el cuerpo exprese libremente todos los sentimientos que con palabras no se pueden comunicar.
Es cierto que esto no es tan sencillo, pero la práctica y la predisposición son las notas fundamentales para que paso a paso la mente le vaya cediendo el control a corazón, el cual va marcando el son al que nos movemos.
Porque aunque existen técnicas y estilos de baile definidos, una de las ventajas de esta actividad y que la hacen mucho más beneficiosa es que cada cual puede tener su forma particular de sentir y en base a esto transmitir la música de una menara única y personal.
Y así de repente un día, sin saber cómo, te descubres seguro, confiado y sin barreras que te impidan con el baile avanzar ya que esto se ha convertido en algo tan simple y natural como lo es el caminar.
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