El tablero de la vida
- Delia Morales Ortega
- 15 may 2016
- 2 Min. de lectura

Nuestro mundo es como un tablero de ajedrez en el que nuestra vida es la partida que nos ha tocado jugar y sobre el que lo único que se nos permite elegir es la estrategia que vamos a seguir.
La pieza con la que jugamos y que por tanto nos representa es algo que nos viene dado y en base a esto nuestros movimientos y capacidades están limitados y son diferentes a los de los otros participantes en el juego.
Lo cual no significa que nuestros movimientos delimitados nos impidan ganar la partida ya que una estrategia bien planificada y deliberada nos puede garantizar una victoria para otros insospechada.
En ese tablero vamos a encontrar compañeros que nos van a facilitar la partida ayudándonos a mejorar nuestra estrategia pero también encontraremos contrincantes que van a intentar estropearnos la jugada e incluso hacer que esta acabe lo antes posible.
Tanto a unos como otros van a estar en cada una de las posiciones que alcancemos, de forma que cuando avancemos vamos a tener que dejar atrás a aquellos que nos ayudaron a continuar pero también vamos a conocer a nuevas piezas que nos permitan mejorar.
De igual modo, cada vez que nuestros contrarios nos hagan retroceder no vamos a encontrar a los que antes habíamos dejado atrás pues ellos también están jugando su propia partida, pero puede que esas posiciones que estos dejaron vacías hayan sido ocupadas por otros que nos pueden acompañar.
Y es que por pequeño y cuadriculado que nos parezca nuestro tablero si sabemos aprovechar la partida, el encasillado se nos puede presentar mucho más ameno y entretenido de lo que podíamos esperar y además, independientemente de cuánto dure y de cómo termine la misma, lo esencial es tratar de aprender de cada movimiento.
Comments