Buena suerte
- Delia Morales Ortega
- 1 may 2016
- 2 Min. de lectura

El tema de la buena suerte es un tanto discutible en cuanto a determinar si es algo que se busca y se trabaja o si por el contrario es algo que llega como por arte de magia.
Muchas veces hay cosas y situaciones que aparecen sin esperarlas ni buscarlas, nos sorprenden y ya sean para bien o para mal no somos capaces de encontrar o identificar cuál es su origen y qué ha podido ser eso que nos ha llevado a atraerlas.
Pero en otras ocasiones sí somos conscientes de cuál es el motivo por el que podemos sentimos afortunados, ya que para poder disfrutar de eso que nos ha “tocado” hemos tenido que sacrificarnos o esperar tanto hasta llegar a olvidarnos de ello.
Aunque desde fuera las cosas parecen ser bien distintas ya que los demás suelen ver el resultado o el último efecto de eso que tanto esfuerzo, dedicación y paciencia nos has costado conseguir, en cambio esto es algo que no parece ser relevante o de interés para los que creen que los fortunios o las desgracias dependen de que su suerte sea buena o mala.
Y es que si bien hay cosas sobre las que no tenemos ninguna influencia o poder de elección, es cierto que aunque sea de forma indirecta pero continuada el mantener determinados comportamientos nos ayudan a conseguir eso que tanto queremos.
Por otro lado si nuestro comportamiento es descuidado y nuestras actuaciones arbitrarias no vamos a tener un punto de referencia y por tanto va a ser más complicado que esa buena suerte en nosotros pueda acertar.
Porque las cosas llegan cuando tienen que llegar y mientras tanto lo mejor que podemos hacer es trabajar para que las condiciones sean lo más favorables posibles en el momento en que la ventura nos decida visitar.
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