En blanco

Hay situaciones en la vida en las que no sabemos qué camino escoger o cuál es el plan establecido. Ya sea porque pasa algo que no esperábamos, porque a pesar de que podíamos preverlo no estamos preparados para ello o porque la norma nos dice que las pautas a seguir son distintas.

Son momentos en los que de poco sirven los esquemas realizados previamente y toca empuñar el pincel para crear nuestra obra sobre un lienzo blanco y vacío que espera que demos lo mejor de nosotros, que explotemos nuestro potencial y seamos capaces de plasmar en él todo lo que llevamos dentro.

Esto produce confusión puesto que nos perdemos en las dudas por no saber que patrón o modelo utilizar como referencia. Todo depende única y exclusivamente de nosotros y todo lo que en nuestro interior se esconde.

Se trata de dar rienda suelta a la imaginación y libertad a nuestra creatividad para aprovechar esa oportunidad que se nos brinda sin presiones ni expectativas impuestas pues lo que se espera de nosotros es simplemente todo aquello que estemos dispuestos a mostrar.

Ni siquiera el tiempo debe preocuparnos pues no hay fechas establecidas ni plazos de entrega porque nuestra obra será el resultado de un proceso continuo y constante.

Si bien esto puede parecer algo ideal o sencillo, no resulta así siempre y solemos afrontar estas situaciones tan liberales con los miedos y las inseguridades que nos terminan por provocar crisis y conflictos internos.

Entonces toca hacer un esfuerzo para deshacerse de todo lo que nos limita o coacciona y poder ser capaces de inventar y crear algo diferente y personal, porque cuando no hay nada escrito o y nadie nos dicta las reglas lo único que debemos hacer es dejarnos llevar por la inspiración y confiar en el artista que llevamos dentro.