La grandeza de lo pequeño

“En la sencillez está el secreto de lo verdaderamente grande”.

Estas palabras no me dejaron indiferente cuando las encontré por casualidad hace ya unos años, y a día de hoy siguen significando mucho pues lo esencial suele estar presente en esas pequeñas cosas que tenemos a nuestro alcance, las cuales a pesar de su sencillez nos llenan de alegría y satisfacción.

La mayoría de las veces menos es más, y por esto, realizar pequeñas inversiones en aquello que verdaderamente merece la pena nos lleva a obtener a cambio grandes recompensas.

Puede ser que necesitemos experimentar situaciones difíciles y complejas para darnos cuenta de qué es lo que necesitamos y por lo tanto de qué podemos prescindir.

No hay nada como disfrutar de las cosas sencillas, de esos momentos cotidianos que nos llenan de vitalidad y nos hacen apreciar lo que realmente importa. Aunque muchas veces nos cuesta reconocerlos y caemos en el error de creer que todo es más complicado de lo que en realidad suele ser.

Se trata de hacer una comparación para ponderar y valorar lo que tenemos y lo que nos gustaría tener, lo que somos y lo que nos gustaría ser, (…) y en base a esto poder elegir.

Como cuando comparamos nuestro tamaño o nuestra edad con los más pequeños para determinar cuán grandes o viejos somos, pues es en ellos en quienes encontramos las mayores diferencias, que no solo son físicas, ya que a ellos les resulta bien sencillo encontrar una espontánea solución para cualquier compleja situación, así como aportar la mayor simplicidad a todo cuanto nos pueda preocupar.

Y es que son nuestros pequeños quienes poseen el don de enseñarnos grandes lecciones, además de recordarnos aquellas que por haber crecido, dejamos caer en el olvido.