Relaciones sanas
- Delia Morales Ortega
- 17 ene 2016
- 2 Min. de lectura

Las relaciones, independientemente del tipo que sean o al nivel que se encuentren, deben ser sanas, y para ello es fundamental que se basen en el respeto y la confianza.
Algunas relaciones nos vienen dadas, son inherentes a algo o alguien, y puede que tengamos que mantenerlas a pesar de que no encajen con nosotros, aunque no debemos preocuparnos porque si no son adecuadas, antes o después, van a llegar a su fin.
Pero a medida que vamos creciendo, nuestro poder de elección crece con nosotros y entonces podemos seleccionarlas, elegirlas y esforzarnos para conservarlas. Y estas son las más duraderas porque las hemos elegido nosotros pero sobre todo porque lo hemos hecho de forma consciente y consecuente.
Las oportunidades para establecer relaciones se presentan ante nosotros diariamente, están ahí, y está en nosotros decidir si las aprovechamos o las dejamos pasar.
A veces no resulta fácil identificar a primera vista aquellas que pueden ser las mejores para nosotros, pero es cierto que eso es algo que se descubre con el tiempo, con paciencia, compromiso, dedicación y mucha admiración por ambas partes.
Gracias a todo esto, nuestras relaciones no se verán afectadas por paso del tiempo ni por la distancia porque no se fundamentan en el apego o la dependencia, sino en una complicidad y conexión tan fuertes como sinceras que lejos de exigir al otro, respetan el espacio y la independencia individual de cada uno.
Para así poder entender que hay momentos en la vida en los que toca caminar separados pero siempre manteniendo el contacto y reforzando los pilares que sostienen la relación, teniendo la tranquilidad de que en cualquier momento que lo necesitemos vamos a volver a caminar cogidos de la mano.
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