Estrellas fugaces

Nunca sabemos cuándo van a aparecer, pasan sin previo aviso, de repente, en el momento que menos las esperamos para desaparecer inmediatamente. Así que debemos estar muy atentos para verlas y aprovecharlas pues sabemos que no se dejan ver muy frecuentemente.

Será su fugacidad lo que las hace especiales y que las valoremos más que a todas las infinitas estrellas que no faltan a nuestra cita cada noche, que siempre están presentes para que las admiremos, y sin embargo nosotros no les prestamos apenas atención porque nos parecen demasiado comunes y solo esperamos con ganas poder encontrar a esas que se nos escapan casi sin verlas.

Y es que son las estrellas fugaces las que nos impresionan quizás porque no somos conscientes de cuando llegarán, las que nos gustaría contemplar pausadamente para poder apreciar su luminosidad y las que deseamos retener porque sabemos que son efímeras y pasajeras.

Es por todo esto, que nos causan una gran ilusión y nos dejan con la gran sensación de sentirnos especiales por haber tenido la oportunidad de disfrutarlas.

Lo mismo nos sucede con todo aquello que solemos valorar más por ser escaso, frente a todo de lo que disponemos en abundancia, damos más importancia a eso que nos escapa y nos gustaría conservar, y deseamos con más fuerza eso de lo que no podemos disfrutar en cada momento, mientras desperdiciamos todo lo que de forma cotidiana está a nuestra disposición.

Sin embargo, a pesar de su cotidianidad no podríamos imaginar pasar un solo día sin ellas, pues su ausencia nos haría sentir que algo nos falta y nos provocaría una sensación de vacío como lo está el cielo una noche sin estrellas.

Por ello, debemos ser más conscientes de todas esas estrellas que se dejan ver fácilmente y brillan cada noche para nosotros, a la vez que seguimos esperando y disfrutando a esas veloces que nos sorprenden de vez en cuando.