Balanza sentimental
- Delia Morales Ortega
- 20 dic 2015
- 2 Min. de lectura

Hay momentos en la vida en los que a la misma vez experimentamos situaciones que nos provocan sentimientos totalmente opuestos y contrarios.
Por un lado hay algo que nos hace felices, nos emociona, y nos ilusiona, es una sensación difícil de describir, que nos hacen sentir que flotamos y que nada puede estropearla.
Y por otro lado, de repente sucede algo que nos produce estrés, indignación e impotencia, algo que puede llegar a imponerse sobre el estado de bienestar del que estábamos disfrutando para hacerle sombra.
Digamos que cada una de las situaciones se coloca a un lado de nuestra balanza sentimental y las emociones que traen consigo ejercen toda su influencia para inclinar la balanza a su favor.
Esto nos hace pensar y razonar sobre qué es lo que realmente nos produce esos sentimientos y sobre todo nos lleva a sopesar cuál de las dos situaciones es más importante y por lo tanto qué emociones van a prevalecer.
Es como una lucha interior entre fuerzas opuestas, como las nubes que quieren tapar el sol que brilla inmenso, pues una nos aporta luz y la otra oscuridad.
Y aunque podemos entenderlas, parecen ser algo que no decidimos ni controlamos y simplemente sentimos cómo una de las dos es más fuerte y dominante que la contraria.
Si la que domina es la que nos despierta buenas sensaciones, por mucho que insista la otra, nuestro estado de ánimo se va a mantener optimista y alegre, y eso en definitiva nos va a ayudar a afrontar mejor la situación no deseada.
Por el contrario, si la dominante es esa que saca lo peor de nosotros, vamos a tener que esforzarnos para que no acabe por apagar la luz que brillaba en nosotros y debemos pensar que dentro de todo lo malo siempre hay un aprendizaje que extraer y una oportunidad para encontrar cosas que se pueden mejorar.
Y así, una vez más la relatividad juega un papel importante y decisivo en cómo nos sentimos, pues la forma en que percibimos cada una de esas situaciones va a depender básicamente de la situación en sí misma pero también en gran medida de cuál es la otra situación que le hace contrapeso en la balanza.
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