Equilibrio vital

Mantener el equilibrio en cada uno de los ámbitos de nuestra vida no resulta tarea fácil y cada uno elige a qué aspectos le presta más atención y cuidado.

Podemos empezar por algo tan fundamental como la alimentación, la cual merece una gran preocupación pues es la base de nuestra pirámide del bienestar. Llevar una dieta sana y equilibrada es algo muy importante y no debemos asumirlo como una obligación o con resignación, pues en ello podemos encontrar una gran oportunidad para descubrir y experimentar. Además esto no supone renunciar a esos caprichos que tanto disfrutamos, los cuales podemos mantener en su justa medida y así apreciarlos más cuando nos los damos.

Otro aspecto básico hace referencia a la forma en que empleamos nuestro tiempo. El día tiene horas suficientes para desempeñar distintas tareas de todo tipo, de forma que está en nuestras manos decidir cómo aprovecharlas. Hay personas que viven para trabajar y otras que se toman la vida de una forma más relajada y despreocupada. Está claro que todos tenemos obligaciones y debemos ser consecuentes con ellas pero eso no impide que cada día dediquemos un tiempo a disfrutar y divertirnos.

También podemos considerar que debe haber un cierto equilibrio entre el cuerpo y la mente, por lo que resulta necesaria una buena combinación de las actividades que mejoran nuestra condición física y aquellas que cultivan el intelecto.

Y es que esto lo podemos aplicar a todo lo que hacemos, lo cual puede parecer un proceso complicado y agotador ya que muchas veces nuestros días en vez de transcurrir en línea recta, se nos presentan como el trayecto de una montaña rusa donde las subidas y bajadas son extremas lo cual dificulta aún más mantener el equilibrio.

Pero una vez que mantengamos un cierto equilibrio en alguno de los aspectos de nuestra vida debemos extrapolarlo al resto, adaptándolo y consiguiendo así que poco a poco esta sea más completa y variada, y en definitiva equilibrada.