Irradiando felicidad
- Delia Morales Ortega
- 24 ago 2015
- 1 Min. de lectura

Hay situaciones que nos producen una sensación de felicidad inmensa y antes de que sucedan, solo con imaginarlas, en nuestra cara se dibuja una sonrisa que refleja la ilusión y alegría que estas nos provocan.
Nuestra capacidad para experimentar intensos momentos de felicidad generados por situaciones simples y comunes disminuye considerablemente a medida que vamos creciendo, y en cierto modo vamos perdiendo esa capacidad de ilusionarnos y entusiasmarnos por las cosas más sencillas, que tan natural es cuando somos niños.
Si bien, esto no desaparece del todo, y con la edad, también aumenta nuestra capacidad para apreciar esos detalles y gestos que consideramos importantes, de forma que aprendemos a valorarlos adecuadamente cuando estos ocurren.
Hay situaciones que nos parecen imposibles de alcanzar, pero que con el tiempo y un poco de paciencia, llegan a producirse y entonces se convierten en sueños cumplidos.
Son situaciones en las que alguien hace algo por nosotros, puede que esto no le suponga un gran esfuerzo y a pesar de ello para nosotros sea algo valioso. Pero si sucede que ese algo requiere que ese alguien haga algo diferente, atrevido, inusual e inesperado, movido por el simple motivo de hacernos felices, la sensación de emoción y gratitud que podemos experimentar es inmensa.
Y es que hay situaciones que nos hacen sentir únicos y especiales, que nos hacen creer en los imposibles, que nos provocan verdadera felicidad. Situaciones que nos levantan los pies del suelo y nos hacen volar…
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