Sorpréndeme

Cuéntame algo que me sorprenda, algo nuevo, algo que no sepa.

Dime algo diferente a lo de ayer y distinto a lo que me contarás mañana.

Háblame de algo que muy pocos conozcan y no me cuentes aquello de lo que todos hablan.

Empecemos una conversación sin saber cuándo se va a terminar, de hecho, hagamos que nunca termine porque siempre haya algo nuevo que contar.

Tengamos una conversación interesante, que dure horas, las cuales pasan deprisa mientras nosotros sentimos que hemos parado el tiempo. Que me enganche y capte la atención de todos mis sentidos, que me deje huella.

Una conversación con silencios y pausas para sentir las palabras y pensar sobre el efecto que estas provocan en nosotros.

Hablemos de la vida, de lo que nos preocupa y de lo que nos interesa, de nuestros sueños, miedos y aventuras. De eso que nos inspira y nos empuja a hacer algo más, a crear, a mejorar.

Vamos a intercambiar opiniones, a discutir sobre nuestras diferencias y a compartir experiencias, hasta que nos falten las palabras para describir cómo nos sentimos y qué pensamos.

Recordemos el pasado, analicemos el presente y planeemos el futuro…

Y mientras hablamos, vamos a perder la noción del tiempo, vamos a olvidar dónde estamos, porque todo pasa a un segundo plano cuando disfrutamos de una buena conversación.